United voice es una organización Australiana que reúne alrededor de 130.000 trabajadores de distintos sectores (salud, educación, servicios, entre otros). Hace más o menos 18 meses, miembros del sector de educación inicial comenzaron una campaña llamada Big Steps que buscaba  transformar las condiciones de trabajo de las educadoras y trabajadoras de educación inicial, aumentando el pago por hora y promoviendo la valoración y el respeto a la profesión.

La semana pasada, el gobierno anunció el establecimiento de una comisión de investigación que busque una manera de  mejorar las condiciones de trabajo de las educadoras y asistentes, así como un primer pago de $300 millones de dólares australianos para aumentar  los salarios durante el 2013.

Lo interesante de esta campaña es que involucró a miles de educadoras y asistentes de todo el país que discutieron su situación, llegaron a acuerdos, se organizaron y recolectaron más de 12.000 firmas. Consiguieron recursos para aparecer en la radio y en televisión, y organizaron un «Big Steps Day», en el cual reunieron a muchas personas para dar a conocer su petición.

La justificación para la campaña fue la convicción de que una educadora bien pagada es fundamental para un sistema de buena calidad. Además, el incremento en los salarios lleva definitivamete a reducir en número de trabajadoras que renuncian, que en Australia alcanza 180 educadoras cada semana.

Obviamente queda mucho por hacer, y la decisión no ha dejado de ser controversial (varias educadoras no recibirán más dinero porque pertenecen a sectores que no estuvieron involucrados en las decisiones), sin embargo, es un gran primer paso, un ejemplo para otros países y una muestra del poder de influencia que pueden llegar a tener las trabajadoras de educación inicial.