Hace un tiempo hicimos una pregunta muy simple en nuestra página de facebook: ¿Qué es lo mejor de ser educadora de párvulos? Las respuestas nos encantaron.  Lo que más nos gusta no es lo que dicen los «expertos», ministros, comisiones, lo que aparece en los estándares o lo que nos enseñan en la Universidad. Lo mejor de ser educadora es esto:

Las demostraciones de cariño de las niñas y niños: El amor sincero e incondicional que nos entregan, sus caras felices al vernos llegar, las veces en que nos dan las gracias, los abrazos,  y besos apretados. La alegría que esto produce es indescriptible. 

Transformar vidas:  La educación que ofrecemos marca la historia de los niños y niñas. Las herramientas, los valores  que entregamos les sirven para su vida, sus futuras relaciones, sus futuros aprendizajes. Observar los cambios – aunque sean muy pequeños – nos llena de felicidad, especialmente si los niños y niñas  llevan una vida difícil. Tan sólo ver esa cara de un niño o niña cuando aprende algo nuevo nos mantiene satisfechas y orgullosas.

 Enseñar y aprender: Lo que hacemos cada día no es simplemente enseñar a otros, también aprendemos muchísimo. Aprendemos de los niños, de los adultos, y nos sentimos bien, porque aprender nos llena de vida.

La verdad es que somos muy afortunadas. Ser educadora es la mejor y más importante profesión que existe. Tenemos que pelear para que sea reconocida como tal, y el mundo sepa que nuestro trabajo merece antención y validación.

¡Muchas gracias a todas quienes comentaron y participaron de este foro!