Las educadoras tenemos un montón de carpetas, papeles, portafolios y registros en los que documentamos los trabajos y aprendizajes de los niños y niñas. Sin embargo, no siempre hacemos lo mismo con nuestros propios aprendizajes e ideas.
Tener un cuaderno de reflexiones puede ayudarnos a estar más conscientes de lo que creemos, lo que sabemos. lo que vamos aprendiendo y lo que nos falta por aprender. Esto nos da más confianza en nosotras como profesionales y nos ayuda a explorar nuestras formas de ser y conocer, que van cambiando con el tiempo. ¿Te imaginas leer hoy un cuaderno que completaste durante tu primer año como educadora?
Aquí explicaremos cómo llevar un cuaderno de reflexiones, con ideas para elaborarlo y completarlo.
El cuaderno de reflexiones puede tener cualquier forma, tamaño y color que decidas. Puedes utilizar un cuaderno viejo con hojas en blanco, comprar un cuaderno nuevo, o hacer tu propio cuaderno. En este tutorial, puedes conocer el proceso para hacer encuadernación japonesa, por ejemplo.
La personalización del cuaderno también depende de cada uno. Algunas ideas pueden ser: utilizar marcadores de colores, stickers, cintas de colores o papeles decorados. En Youtube puedes encontrar muchos tutoriales con ideas para decorar un cuaderno, como este para hacer scrapbooking.
¿Qué escribir en el cuaderno de reflexiones?
Además de utilizar el cuaderno como una agenda en la que podemos escribir lo que haremos cada día y organizar nuestro tiempo, algunas otras ideas para escribir pueden ser:
Nuestras habilidades, principios y valores
¿Cuáles son tus cualidades personales y profesionales que te ayudan en la tarea de educar? ¿Cuales son tus fortalezas y debilidades como educadora? ¿Qué piensas de las nuevas reformas educativas en el nivel? ¿Qué significa para ti la educación de calidad?
Nuestras estrategias exitosas y fallidas.
Tal vez un día cantamos una canción que propuso uno de los niños y tuvo un gran éxito en el grupo, entonces la escribimos para no olvidarla. Eso mismo con otras actividades que salieron mejor de lo que esperábamos o que no resultaron para nada.
Estrategias de otros
Escribir aquellos pequeños trucos o estrategias que observamos de otras educadoras con más experiencia y que creemos pueden ser útiles en el futuro. Es importante que estas estrategias estén de acuerdo con nuestros valores y los contextos en los que trabajamos.
Ideas e inspiración externa
Podemos escribir comentarios o retroalimentación que hayamos recibido de otros (pares, supervisores, familias, por ejemplo), ideas o frases inspiradoras para nuestra práctica que hayamos encontrado en algún libro, páginas web, o en algún curso al que asistimos.
Diseño de la sala o el patio
Podemos hacer bocetos o mapas de cómo queremos que se vea nuestra sala, pensar distintas formas para mover el mobiliario y los materiales para favorecer las interacciones entre las personas. Documentar los efectos de estos cambios y las reacciones de los niños y adultos.
Futuras actividades, salidas, proyectos…
Podemos registrar esas ideas que siempre andan volando por ahí sobre futuras actividades o proyectos con los niños, nuestro equipo, o las familias. Por ejemplo escribir aquellos talentos particulares de madres, padres, abuelos o abuelas que podrían aportar a los procesos educativos.
Auto-evaluación
Reflexiones sobre nuestra propia práctica, aquellas cosas que hicimos bien, nuestros errores, logros, desafíos y planes para el futuro en relación a nuestra carrera profesional.
Imagen: http://love.blinksoflife.com
es un excelente calendario