Por María Jesús Viviani
Es sabido que el campo de la educación parvularia es ampliamente dominado por el género femenino. En Chile, alrededor del 99% de las educadoras son mujeres, cifra que no es tan diferente en otros países del mundo: El porcentaje de educadores de párvulos varones que ejercen su profesión en la mayoría de los países Europeos, en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda varía entre el 1 y 4%, con algunas excepciones como Dinamarca y Noruega, con cerca del 10% de hombres trabajando en el sector.
¿Por qué ocurren estas diferencias?
Esta baja representación se debe en parte a los bajos sueldos. Sin embargo, si fuera solo por esta razón, tampoco habría mujeres trabajando en educación parvularia. Algunos estudios han revelado que la razón por la que hombres y mujeres se dedican a la educación infantil tiene que ver con un deseo por hacer un aporte significativo a la sociedad.
Entonces… Por qué ocurre esta diferencia tan grande? Una razón importante parecen ser que las actitudes y las imágenes que existen en la sociedad sobre ser educador(a) de párvulos están estrechamente vinculadas a características que se consideran exclusivamente femeninas (el cuidado, protección e “instinto maternal”, por ejemplo), que son diferentes a las características del “padre proveedor”, imagen que aún persiste fuertemente.
Rara vez son aceptados los hombres educadores en los jardines infantiles, a pesar de que muchas directoras y educadoras dicen que están abiertas a recibir a un hombre como su compañero de trabajo ya que pueden aportar con perspectivas nuevas y diferentes, a la hora de escoger, en la gran mayoría de los casos se eligen mujeres.
En algunos países se han implementado políticas para aumentar la proporción de hombres trabajando en educación infantil, para que los jóvenes vean esta carrera como una opción profesional. Sin embargo, se ha estudiado que muchos adolescentes piensan que si se dedican a la educación parvularia serán considerados como “poco hombres” por sus pares, y prefieren escoger otros caminos. También se ha criticado que las mujeres en los jardines infantiles establecen una cultura o un ambiente “muy femenino”, que aleja a los hombres de escogerlos como lugares de trabajo. Existen algunos estudios que revelan que las mujeres en los jardines infantiles sienten que sus puestos de trabajo son amenazados cuando hay hombres trabajando en la institución, y tienden a discriminarlos. Es decir, el camino para llegar a ser educador es bastante difícil.
¿Por qué es importante que existan educadores?
Para los niños pequeños, el género de quien está a su cargo es importante para la toma de conciencia tanto de su propia identidad como de las diferentes identidades de género que existen. Los educadores varones pueden enriquecer el ambiente y las experiencias de aprendizaje, con maneras distintas de interactuar y pensar.
En muchos países, la baja proporción de hombres educadores está acompañada por una baja presencia de padres que ejercen el rol de cuidado y educación de sus hijos. En Chile, en una investigación realizada por el Ministerio de Salud en 2012, se encontró que el 64% de los padres reconoce que el cuidado de sus hijos está a cargo de su mujer: si bien el 70% de los papás dice jugar con sus hijos, solo el 30% los baña, les prepara comida o cambia pañales. Por esta razón, la presencia de hombres en el jardín infantil sería aún más importante y beneficiosa para los niños.
Por qué este sitio se llama “Soy Educadora” y no “soy Educador”?
Por todas las razones antes expuestas, queremos aclarar que el nombre de este sitio no es en ningún caso discriminatorio con los educadores varones. Estamos conscientes de que existen, que hacen un muy buen trabajo, y que son un aporte muy importante para la educación parvularia.
El nombre de este sitio solo refleja la realidad actual. Si tenemos que decidir entre “Soy Educador” o “Soy Educadora”, escogemos la segunda opción porque sabemos que el 99% de las educadoras somos mujeres y será más fácil identificarnos con este nombre.
Así como “ser médico” incluye tanto a hombres como mujeres, en esta página cuando hablamos de educadoras, nos referimos también a los varones que trabajan en educación infantil.
Fuentes:
– Sergio Sebastián Castillo M. (2014) Varones en el Jardín: Un estudio sobre la inclusión de hombres en la Educación Parvularia, desde la perspectiva de género. Tesis para optar al Título de Educador de Párvulos y Escolares Iniciales. Universidad de Chile.
– Bernhard Koch & Sarah Farquhar (2015) Breaking through the glass doors: men working in early childhood education and care with particular reference to research and experience in Austria and New Zealand, European Early Childhood Education Research Journal, 23:3, 380-391
Imagen: ANDREW GORRIE/Fairfax NZ
Al menos hace falta muchos tíos. Una prima que vive en el sector norte de Antofagasta es tía y le gusta educar. Incluso los uniformes los piden como un mini vestido con el clásico diseño de antaño que nunca pasa de moda, con un cuello desmontable y un diseño acorde a la zona. Pueden combinarse con calzas o leggins. Ojalá lo pidan. Recomendado: Matemáticas con peg + cat, un éxito de PBS. Juegos en pbskids.org/peg y recursos para las tías (y tíos) en pbslearningmedia.org #ProblemSolved
Mi sobrino Gabriel creció con Jorge el curioso y ya sabe abrocharse una zapatilla. Ahora es un tween (pre-adolescente) a sus 11 y medio. Buena idea. pbskids.org/curiousgeorge/games/spanish.html