Para mí hay pocas cosas más agradables que reír genuinamente junto a un grupo de niños, cuando se da ese momento de complicidad en el que me permito ser ridícula y soltar carcajadas de felicidad. Estos momentos claramente no son solo agradables para mí, sino también para mis acompañantes que piden eternas repeticiones de la misma situación… ¡Qué placer!
Lo mejor de todo es que la risa no solo nos hace pasar buenos ratos, sino que tiene un montón de beneficios psicológicos y sociales:
La risa construye y afianza relaciones
Dicen por ahí que la distancia más corta entre dos personas es una sonrisa. Las personas usamos la risa para construir amistades, para crear lazos con los demás y para aliviar algunos conflictos sociales. En educación inicial, se ha estudiado que esto ocurre sobre todo en los momentos en los que los niños comparten entre ellos la colación, cuando tienen tiempo para conversar tranquilamente, conocerse y eventualmente construir una relación de amistad. Es importante sí que este tiempo exista, y que los adultos no estemos siempre interviniendo y apurando las situaciones.
La risa como estrategia
Como adultos, podemos usar la risa como estrategia para aliviar el dolor, el miedo o la rabia de los niños. También para motivar a los niños a hacer algo que no quieren inicialmente, pero después de un par de carcajadas juntos, están dispuestos a hacerlo. Los niños a su vez, también usan la risa para escaparse de obligaciones aburridas.
A través de la risa demostramos nuestras habilidades cognitivas
Cuando los niños cuentan chistes, inventan canciones o poemas divertidos, demuestran sus fantásticas habilidades para hacer rimas, entender ciertos conceptos, memorizar palabras, imaginar situaciones, entre otras muchas cosas. Crear espacios para que esto ocurra es una estrategia muy valiosa para el aprendizaje y para la evaluación de los aprendizajes.
La risa tiene que ver con lo novedoso
Existe un rumor que dice que los niños se rien unas 400 veces al día, en comparación con los adultos que solo nos reimos unas 15 veces. Independiente de la veracidad de este rumor, es indiscutible que los niños se rien mucho más que los adultos en general, y casi siempre tiene que ver con cosas que son nuevas para ellos, que desafían sus perceptiones actuales. Resulta interesante aprovechar esta situación como estrategia de enseñanza, entregando a los niños oportunidades de vivir nuevas y divertidas experiencias que los hagan disfrutar y aprender a la vez.
La risa tiene que ver con el cuerpo
Correr, perseguirse, atrapar a otros, tocar cosas babosas, eructar, mover el cuerpo y la cara de manera chistosa, son cosas que nos hacen reir mucho, sobre todo a los niños. Durante la infancia, los niños descubren que tienen un cuerpo, que les pertenece y que puede hacer formas y sonidos raros y divertidos. También descubren que tocar, pintar, pegar y ensuciarse se siente bien. Qué importante es tener oportunidades de usar el cuerpo y los sentidos ampliamente durante la infancia.
La risa no siempre es divertida
A pesar de la alegría que nos causa reir con los demás, algunas veces la risa puede ser usada por algún adulto o por algún compañero de manera ofensiva, provocando vergüenza o tristeza en los niños cuando no nos reimos con ellos, sino de ellos. Es importante tener esto en cuenta. A veces incluso podemos pensar que estamos usando la risa apropiadamente para solucionar algún conflicto, pero los niños pueden pensar que no los estamos tomando seriamente.
Por todas estas razones y tomando en cuenta las consideraciones, es fundamental que exista la risa y los momentos divertidos en la sala de clases. Los niños y los docentes vivimos suficientes momentos difíciles en nuestras vidas como para seguir siendo serios y difíciles en el jardín también. Riéndonos con otros apredemos a pasarlo bien, nos sentimos contentos y – algo muy importante – aprendemos a reirnos de nosotros mismos y nuestros errores, que es una excelente virtud.
Fuente: Smidl, S.L (2014) My Daddy Wears Plucky, Ducky Underwear: Discovering the Meanings of Laughter in a Preschool Classroom. Voices of Practitioners, 9(1), 1-16.
Un comentario en “El poder de la risa: estrategias para la sala de clases”