Es hora de trabajar ciencias en el jardín infantil ¿Vas a hacer otra vez el experimento del poroto? ¿Por qué no probar con algo nuevo esta vez? ¿Y si comienzas un proyecto de huerto con los niños y niñas?
El año pasado escribimos una entrada con algunos recursos relacionados con la creación de un huerto en el jardín infantil. Este año hemos decidido profundizar un poco más en los beneficios de esta experiencia y dejar algunos consejos prácticos para comenzar.
¿Por qué hacer un huerto en el jardín infantil?
- El huerto es un lugar para jugar y explorar: Bebés y niños se benefician al sentir los sonidos, las fragancias, las texturas, colores y sabores del huerto. Niños y niñas pueden hacer de este lugar un mundo nuevo, lleno de secretos y situaciones impredecibles. Las sorpresas del huerto llaman la atención, despiertan la curiosidad y el deseo por aprender.
2. Los niños pueden estar a cargo: El huerto es un lugar seguro, en el que niños y niñas pueden correr ciertos riesgos y tomar responsabilidades. Los adultos nos sorprendemos y aumentamos nuestras expectativas respecto a las habilidades de los niños para diseñar el espacio, sembrar, regar, registrar los cambios y cosechar.
3. Un lugar para crear relaciones: El huerto es un proyecto colectivo. Un espacio dedicado a sembrar vegetales en el jardín puede ser aprovechado por todos: niños de distintos niveles, educadores, familias y toda la comunidad.
4. La mejor forma de aprender sobre las ciencias de la vida: Niños y adultos aprendemos e investigamos al hacer un huerto. Conocemos los ciclos de vida de las plantas, sus procesos de crecimiento, las similitudes y diferencias entre ellas, las interacciones con otros organismos en la tierra.
5. Un lugar para aprender sobre la historia de las sociedades y pensar en un futuro sostenible: Durante el proceso de construcción y cuidado de un huerto surgen muchas preguntas sobre las tecnologías utilizadas en el pasado y la importancia para la sociedad de poder cultivar nuestra comida. También es un momento para reflexionar sobre nuestro futuro, el uso de pesticidas, el cuidado del agua, el desarrollo sostenible y la construcción de comunidades.
¿Cómo comenzar?
No existe una sola forma de hacer un huerto en el jardín infantil. Al contrario, las decisiones que tomemos dependerán de nuestro contexto particular y los intereses de quienes estén participando. Sin ambrago, algunos consejos pueden ser útiles para comenzar:
- Escoge el tipo de huerto que más se acomoda a tu lugar de trabajo: Puede ser un huerto interior, cerca de una ventana de la sala, un huerto de macetas en el exterior o plantar directamente en la tierra.
- Empieza sin grandes ambiciones: De a poco, plantando una o dos variedades de vegetales a la vez. Despacio y siempre evaluando (en conjunto con los niños y niñas) lo que va sucediendo.
- Invita a las familias: La creación de un huerto puede requerir bastante trabajo físico, sobre todo al comienzo. Invitar a las familias a participar en la creación y mantención del huerto es una manera de hacer este trabajo más llevadero y entretenido.
- Conecta la creación del huerto con otras actividades: Lee cuentos relacionados con el tema, conversa con los niños y niñas sobre los vegetales que han plantado, realiza actividades con las semillas, lleva un gráfico de crecimiento de las plantas, registra con dibujos y fotografías, etc.
- El huerto es impredecible: A veces las plantas no crecen y eso está bien, es una excelente oportunidad para aprender.
- Regar el huerto es muy importante: Esta actividad no debe ser complicada. El diseño del huerto debe incluir acceso a una buena cantidad de agua varias veces por semana. Puede ser utilizando regaderas o mangueras, de preferencia temprano en la mañana.
- Considera la opción de comenzar con plantas pequeñas en vez de semillas: Alguna plantas pueden crecer rápidamente desde una semilla sin problemas, como el maíz, el trigo o los porotos. Sin embargo, tomates y lechugas por ejemplo, necesitarán un tiempo mayor para que la planta sea visible y tal vez sea conveniente conseguir plantas crecidas en almácigos y transplantarlas al huerto del jardín.
- Utiliza la creatividad con las herramientas: Podemos crear palas o rastrillos con materiales reciclados, recipientes vacíos o elementos naturales. Asegúrate que sean seguros para los niños.
- Elabora reglas para el uso del huerto en conjunto con los niños: por ejemplo, «Pisar el espacio donde no están los vegetales» o «Lavarse las manos luego de trabajar en el huerto». Redacta las reglas en positivo y asegúrate de que sean pocas y comprensibles para todos.
Considero muy interesante todo lo que publican gracias.